Una entrevista de Victoria Cestau, Magíster en Estudios de Teatro y Cine Latinoamericano (UBA), a Cielo Chaina.

Dentro del marco del FIBA (Festival Internacional de Buenos Aires )Teatro Bombón Gessel es uninnovador proyecto formado por diez obras de 30 minutos de duración cada una. Se presentó desde el 28 de febrero hasta el 5 de marzo en el Centro Cultural Recoleta.
Las obras, creadas en residencia por artistas, pensadorxs y curadorxs de Argentina, Brasil, Chile, España, México, Perú, Portugal y Uruguay, tienen una característica en común: experimentan el dispositivo de la “Cámara Gesell” como sitio específico.
Cada obra juega con un gran vidrio móvil espejado de un lado y un sistema de auriculares con diseño sonoro en tiempo real para provocar la percepción del público.
En esta oportunidad nos sumergimos en las montañas de las voces Mapuche y entrevistamos a Cielo Chaina, una de las actrices que se encuentra en escena.
Entrara la cámara sin tener idea de cómo iba a ser la propuesta me resulto fascinante. Unos auriculares al inicio de la fila, mucha gente con ellos colgando, pequeñas lucecitas tecnológicas trazaban la linea hasta llegar a la sala. Qué escucharíamos? Me pregunté en seguida.
Me senté en el centro y reconocí a mi amiga. Era ella y a la vez era otra de miles de mujeres más…vi en sus ojos la comunidad que abría el cielo para contar la historia.
El espacio escénico despojado, un perímetro blanco en el piso del escenario me recordaba el limite entre ellas y el público. Fueron construyendo las lineas de las montañas, las lineas que unen al pueblo con la naturaleza, la potencia de la sabiduría, sentirse parte del todo. Así fue que la puesta en escena instalo enseguida la construcción de una cosmovisión, un código donde veíamos interactuar a las mujeres con su ñuke mapu.
Me pongo los auriculares, reconozco que la música viene de una cultura ancestral. Me declaro totalmente ignorante. Sentí que en mi imaginario, educación y mirada nada sabía de aquella música que por otro lado me gustaba tanto…¿cómo puede ser? me pregunte…soy capaz de reconocer otras músicas de otros continentes y sin embargo acá estoy no sabiendo nada…como espectadora me dejé llevar. Tuve la necesidad de entrevistarla para que me cuente, lo más honesto es preguntar cuando no sabemos.
¿Cómo te sentiste cuando recibiste la propuesta y en qué momento de tu vida llego?
A mí me llegó la propuesta después de una pandemia y después de un embarazo, yo acababa de parir a mi hija, ella tenía 10 meses. Así que era mucho tiempo sin subirme al escenario, lo cual ya era un desafío en sí mismo. Con el plus de que durante la pandemia, yo me encontré o me reencontré con todo lo que tiene que ver con mi origen mapuche. Veníamos en un proceso familiar, sobre todo con mi hermana y con mi prima, de recuperación de la información acerca de cómo fue el asesinato de mi bisabuelo. Tratando de lidiar con nuestra propia historia. Nunca me había pasado que me habían convocado como actriz mapuche a hacer una obra de teatro. Así que fue un orgullo enorme por un lado, porque evidentemente yo hago circular mi historia de alguna manera, hago que la gente sepa que soy mapuche y eso está buenísimo en términos de re afirmación de lai dentidad. Y por otro lado porque podía ponerlo en el escenario desde un lugar comprometido que me interesa tener como actriz. También soy consciente de que cuando me convocan como actriz mapuche mi voz como como persona del teatro es convocada de un lugar mucho más grande que mi propia persona, tiene que ver con con una historia que es mucho más grande que yo. Es muy importante que estén en el escenario como tema de conversación.
¿Cómo fue el proceso creativo?
El proceso creativo de la dramaturgia y de la puesta es un proceso que nos antecede. La propuesta escénica venía sucediendo en ediciones anteriores, así que todos teníamos como el mismo dispositivo escenográfico que era la réplica de una cámara Gessel, lo que puedo decir es que en este caso yo celebro mucho la decisión de lxs directorxs tanto de Txalo como de Laida de utilizar la cámara Gessel desde una perspectiva más bien simbólica y no literal. Ellos tienen un profundo proceso de investigación sobre el contenido de la obra y me parece que merecía como otro tipo de tratamiento, fueron muy fieles a ese trabajo que ellos vienen haciendo.
¿Cuáles son las proyecciones como grupo?
Armamos un equipo de mujeres sumamente poderoso. Ahora son deseos de continuidad, nos han expresado diferentes voces la necesidad de que este espectáculo circule, yo coincido plenamente ojalá sea así.
¿Por qué es importante hablar de estos temas?
Por qué es importante hablar de los pueblos originarios, su identidad parte de su historia y la continuidad del maltrato y la violencia o la falta de justicia que hay sobre sobre nuestros derechos. Yo lo único que tengo para decir al respecto es que siento una especie de fuerza arrolladora en mi interior que me pide sentirme más libre respecto de mi identidad. Y encuentro que el escenario, el arte en general, pero el escenario, las artes escénicas, que es donde yo me muevo, es el mejor lugar que yo encontré para poder hablar de lo que me conmueve. Que además sé que no tiene que ver con algo personal, sino que tiene que ver con algo que termina beneficiando sobre todo a las generaciones que se vienen. Pensando sobre todo en mi hija y en su posibilidad de decir con orgullo, que es mapuche. Encontrarse con más libertad, con la fuente cultural de lo que implica ser mapuche y que no sea algo que haya que buscar, que indagar en silencio entre las generaciones anteriores, como me pasó a mí.
Me sentí muy interpelada como mujer, actriz e investigadora. Que poco sabemos de la historia mapuche, que poco nos involucramos las mujeres blancas con nuestras compañeras. Me sentí llena de privilegios y con la necesidad de ver más obras que visibilicen esta temática. El teatro, una vez más, reivindica con su arte y vuelve como siempre a enseñarme.